“La vida y la poesía tienen un vínculo necesario. Si la poesía no está vinculada a la vida ¿no tendrá algo de oquedad? ¿De ejercicio estético sin respiración?” Estas palabras me dijo Marina Aoiz el 16 de diciembre de 2015 en la Vieja Farmacia de Pamplona, día en que nos conocimos. Yo estaba inmersa en mi tesis doctoral sobre la poesía de las mujeres de Navarra y le solicité una entrevista a través de mi directora de tesis, que no es otra que su amiga y colega, Consuelo Allué. Allí hablamos de poesía, inspiración, vivencias… etc. Y fue la vía de entrada para sumergirme (porque hoy es todo muy marino, marina, Maresía que venimos a presentar…) en la obra de una poeta sensorial, reivindicativa, narradora, investigadora, orfebre de palabras. Todo a la vez a lo largo de sus más de veinte poemarios publicados y de su miscelánea trayectoria literaria que compagina la publicación, la edición, la impartición de talleres literarios, el ejercicio de jurado en certámenes poéticos y un largo etc de una vida “de letras, siempre de letras” como me acuñaba Marina también en aquella entrevista. Ha sido premiada a nivel regional, nacional e internacional y pese a haber cultivado también otros géneros, la poesía sigue siendo ese “juego” constante y ese lugar de encuentro consigo misma. Hoy, 12 de marzo de 2025, venimos a presentar aquí en el Kulturgunea de Tafalla, Maresía, un poemario nacido y ambientado en el agua y no es de extrañar, porque la naturaleza es una presencia constante en la vida de la autora. Señalaba en uno de sus estudios Consuelo Allué que Marina se nos presenta como un “ser vivo” en su poesía, donde la naturaleza es el espacio de búsqueda, de conocimiento, de vida y de revelación. En uno de los primeros libros de la autora, La risa de Gea, leíamos “De los árboles/ poco a poco,/ aprendo lecciones de fe y fantasía. / De los libros, / me alimento tanto como del maíz y/ el trigo./ De las aguas, comparto su primitiva pasión por la / danza.”. Y esa danza, ese baile se vuelve a repetir en el poemario que hoy presentamos Maresía, en palabras de la escritora Olga Amaris Duarte: “En Maresía “habitamos un viaje-baile al centro del ser.”

